No es el mismo jaripeo que muchos conocimos, como cuando éramos jóvenes o niños; no es el mismo redondel, hecho con morillos y reatas, pero lo rescatable es que el jaripeo sigue vivo. Posiblemente en algunos años se pueda volver a ver el "corral" hecho con morillos y reatas, con montadores del pueblo, que lejos de ser aficionados, buscaban solo estrechar la mano de la "madrina del toro", pero será necesario tomar consciencia para volver a arraigarse en las costumbres que nuestros padres y abuelos nos dejaron.
Dejamos aquí la invitación:
Desde Suchilquitongo, saludos... Xhiza NTW.
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